Las tácticas para afrontar los conflictos que utilizamos definen nuestra personalidad. Tanto si afrontamos una crisis como empresa o en el entorno personal es imprescindible saber reaccionar.
Hemos de considerar las consecuencias de esas decisiones que hemos tomado, probablemente, en un momento de miedo, ira o frustración. Un poco de calma en momentos de conflicto nos daría una visión de conjunto muy recomendable.
[Tweet «El futuro se escribe en el presente y las decisiones impulsivas no siempre son adecuadas.»]
Definición de crisis
«Crisis» significa un cambio repentino entre dos situaciones. Es un cambio que amenaza la imagen y el equilibrio natural. Porque entre la situación anterior y la situación posterior a la crisis se produce un acontecimiento súbito (inesperado o extraordinario).
Y frente a esta situación, el individuo tiene que reaccionar comprometiendo su imagen y su equilibrio interno y externo ante sus públicos.
Un «acontecimiento» es cualquier variación de un entorno si ésta es imprevista o extraordinaria. Es importante para quien, al desarrollar su actividad dentro de ese entorno, trata de mantener su constancia dentro de límites definidos para la consecución de sus propios objetivos.
Es, por lo tanto, cualquier variación de un entorno si ésta es imprevista o extraordinaria para quien, al desarrollar su actividad dentro de ese entorno, trata de mantener su constancia dentro de límites definidos para la consecución de sus propios objetivos.
Tácticas para afrontar los conflictos
Se proponen diversas tácticas para afrontar los conflictos:
- Evitación: Se utiliza frecuentemente y se justifica mediante la idea “el tiempo cura todas las heridas”, lo cual solo parcialmente es verdad. En la mayoría de los casos, esas heridas curan en falso y siguen doliendo durante mucho tiempo.
- Suavización: Se invoca la lealtad, el espíritu de equipo, la colaboración y la necesidad de mantenerse unidos para “limar asperezas”. Pero el conflicto continúa actuando subyacentemente. Es como una mina que puede estallar en cualquier momento.
- Supresión: Se hace uso del poder para prohibir que las diferencias afloren. Es el “¡porque yo lo digo y basta!” tan habitual.
- Compromiso: Cada parte se priva de algo por igual en beneficio de la unidad: Sin embargo, generalmente no queda ninguna de ellas plenamente satisfecha.
- Confrontación: El conflicto se aborda directamente y se explora a fin de localizar las fuentes de conflicto, aclarar malentendidos y encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.
¿Cuál de las tácticas para afrontar los conflictos es la más adecuada?
La única que permite erradicar el conflicto es la «confrontación». Analizar las causas que lo originaron y las consecuencias de las posibles soluciones es lo más sensato. Es un proceso habitualmente doloroso y delicado que denota la madurez personal de las partes en conflicto.
Mi experiencia, sin embargo, me dicta que las tácticas más habituales con la de “suavización” y la de “evitación”.
Muchas personas olvidan la realidad para crearse un entorno ficticio. En ese «mundo feliz» el destino es benévolo. Y este destino encauza los problemas hacia una “solución feliz” digna de una película americana.
Otras personas apelan a su entorno, con un descarado chantaje emocional. Dejando entrever la posibilidad de aislamiento social en caso de no ceder, activan una de las necesidades básicas de todo ser humano.
Un buen directivo debe ser capaz de adelantarse a los conflictos. Es la mejor forma de evitarlos: resolviendo, en lo posible, las causas que dan lugar a su aparición. Un buen diagnóstico de salud, una auditoría socio-laboral es aconsejable siempre.
La ética y los valores personales del equipo directivo de una empresa marcan el rumbo.
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