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El Día Internacional de la Mujer, me hace reflexionar.

Soy consciente de que, probablemente, me va a caer «la del pulpo» en redes sociales. Es el riesgo que se corre cuando se intenta pensar por libre y no caer en el discurso políticamente correcto.

Y, claro, quienes ni siquiera se tomen la molestia de leer esto hasta el final, puede que supongan demasiado. Si son seguidores acérrimos del #metoo o están de acuerdo con el slogan de «sola y borracha, quiero llegar a casa» que tanto le gusta a nuestro recién estrenado Ministerio de Igualdad seguro que ya se están encendiendo. Porque, como muy bien dice Elvira Lindo en su artículo del País, hoy la furia es la expresión con más prestigio de todo el catálogo de sentimientos.

Mujer, sola y borracha

Como publicista, opino que el slogan que tanto le gusta a la ministra Irene Montero, es totalmente desafortunado. Muy feminista, muy de manifestación a gritos, pero desafortunado. Por varios motivos, aunque únicamente voy a destacar dos que me parecen evidentes:

  • Primero: Identifica «ser mujer» libre con estar borracha, trasnochar y saltarse todas las normas porque deberían ser intocables. No creo que sean valores que identifiquen a una mujer, en absoluto.
  • Segundo: Identifica «ser hombre» con ser un violador, acosador, merodeador nocturno….

Y olvida que, en realidad, cualquier persona (hombre o mujer) que viese a otra persona (hombre o mujer) en riesgo intentaría ayudar. De acuerdo, corrijo: el 99.9% de las personas, las que son normales y no psicópatas o delincuentes compulsivos.

El riesgo real es ser una persona en situación de debilidad y en un entorno peligroso. Eso, mal que pese, no tiene que ver con feminismo ni machismo. Tiene que ver con el sentido común que nos hace cuidar de nosotros mismos y de nuestros semejantes.

Un día para reconocer y agradecer a las mujeres que tanto han hecho por el progreso

Es importante conocer la historia de mujeres referentes y reconocer su valía. ¡Por supuesto! En otros tiempos era una heroicidad hacer lo que ellas hicieron, saltándose las normas sociales que, durante siglos, han puesto en segundo plano al «sexo débil». También es importante recordar a todas las mujeres que han sido importantes, cada una en su entorno. Sin todas ellas no hubiésemos llegado a ser la sociedad que somos. Evidentemente.

Un dato interesante: El 8 de marzo de 1910 se autorizó la matriculación de mujeres en las carreras universitarias públicas.
[Visto en The conversation]

Pero ellas solas tampoco lo hubiesen conseguido, ya que hace falta el esfuerzo de todas las personas para cambiar la realidad. El progreso lo hacemos entre todos, aunque se haya silenciado el papel que tuvieron en ello las mujeres. Es de justicia que, desde ahora, dediquemos un esfuerzo extra para incluirlas en nuestra memoria colectiva. Recordemos con cariño, gratitud y admiración todo lo que hicieron y se había silenciado. Seamos un ejemplo para las generaciones futura nosotras también.

Digo en otros tiempos cuando debería decir que incluso ahora mismo hace falta mucho valor cuando se es mujer. Porque hay muchos lugares del mundo en los que las mujeres siguen estando en situación social de evidente desventaja, donde son moneda de cambio sin voluntad o víctimas propiciatorias en guerras y genocidios. Y, en lugar de apoyar el cambio social en esos lugares donde está el mayor riesgo para las mujeres, en Europa (la cómoda Europa del progreso y el bienestar), seguimos presionando hasta llegar, posiblemente, al absurdo. Equivocamos el slogan, equivocamos el foco.

Estoy muy de acuerdo con lo que dice mi admirada  Natascia Mattucci,
profesora de filosofía política (UniMc):

«Creo que debe ser un día de presupuesto,
para subrayar el progreso y los logros que han tenido lugar
en las esferas cultural, económica y política de las mujeres,
y para resaltar las deficiencias y el camino a seguir «

Ser mujer no es suficiente excusa ni suficiente mérito

Porque ser mujer no es excusa para no estudiar ni esforzarse ni crecer como persona o como profesional. No deberíamos tener más derechos que los hombres, sino los mismos. Ni uno menos, aunque los mismos.

La discriminación no deja de ser discriminación por mucho que se acompañe con el concepto de «positiva». La discriminación positiva incrementa el mito de que alguien «llegado a este puesto por ser mujer». Admite el fracaso de una mujer valiosa si no se hacen trampas, en lugar de corregir las causas reales de la desigualdad. Obligando no se consigue un cambio social. Hay que convencer, hay que poner en valor el talento y desactivar los prejuicios. Reconociendo la existencia del prejuicio sobre la valía ex-ante de una mujer se  refuerza, no se anula.

A cualquiera le es más sencillo pensar que quien le ha quitado el puesto no es mejor que uno mismo. ¿Admitir que es más valioso otro candidato que yo para lo que sea? No, por favor. Es que es el «hijo del dueño», o «la amante de un poderoso», o «un enchufado». Y, a todos esos prejuicios, por supuesto, añadimos el «es que hay que cumplir con la cuota de igualdad».

Contratar a una persona debería depender de su valía profesional (como ya dice la ley española, y hace tiempo por cierto). No debe tener nada que ver ni con su género, ni con su ideología, ni con su aspecto físico. Por lo tanto, ser mujer no es suficiente mérito, como no lo es ser gordo, tener ojos azules, ser hombre o ser pelirrojo. Son variables que no se correlacionan con su capacidad para generar valor en una empresa o en una institución cualquiera. Por lo tanto, no deberían afectar a una decisión de contratación ni de aceptación social.

En el código deontológico que he suscrito en nombre de MarketReal, como muchas empresas de Aragón, tenemos muy claro el criterio. Promovido por la asociación de Directivas de Aragón y el Gobierno de Aragón, el convenio +Directivas se propone aumentar las presencia de mujeres en los puestos de dirección.

Firma del convenio Más Directivas: Ser mujer y directiva es posible

2014: Firma del convenio Más Directivas: Ser mujer y directiva es posible

Estamos convencidos de que el talento no tiene nada que ver con el género y de que los equipos son más valiosos y más creativos cuando pueden aportar diversos puntos de vista. Nos hemos comprometido, por lo tanto, a que en los procesos de selección y promoción de personal, contar, siempre que sea posible, con una presencia equilibrada de mujeres y hombres. Por eso incluiremos en la terna final de los candidatos al menos el CV de una persona del sexo menos representado. Buscaremos la presencia equilibrada del candidato/a del sexo menos representado. Por supuesto, siempre que la valoración profesional de los candidatos/as sea similar.

Y, dicho todo esto, ¡feliz día internacional de la mujer a todos y a todas!

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Hedy Lamarr, la mujer que inventó el Wi Fi

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Catalina de Aragón (1485-1536) hija de la reina Isabel I de Castilla y del rey Fernando II de Aragón.

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4 Respuestas

  1. Totalmente de acuerdo Isabel.
    Creo que se está perdiendo el sentido común, incluso, que se está manipulando a los intereses políticos y mediáticos.
    Me encantaría ver el día en que hablemos de personas, con sus virtudes y sus defectos, pero personas.

  2. Hola,

    Escribía algo bastante extenso. Lo he borrado porque no creo que sirva de mucho escribir algo que sufrí yo.

    Quiero igualdad. Pero con todas sus letras. Sin añadir una H porque sería un error. Que si se pone la H, que lo hablemos y lo arreglemos todos. Que no seas sólo tú o yo, seamos los dos. Sea mamá, papá o vecinos y amigos, necesitamos la igualdad.

    Sufrí maltrato. Dormí en la calle, en un cajero. Encima por alguien que ahora reivindica el feminismo, pero con un tatuaje donde pone «muerte al hombre, se acaba la rabia»

    Ese es el nivel…

  3. ¡Bravo! En muchos sentidos, en muchas ocasiones, se minusvalora a la mujer en aras de un mal entendido feminismo, como por ejemplo con el mal llamado lenguaje inclusivo, que no hace más que ponernos a todas en el nivel de la incultura más absoluta.

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